Ofrendas post mortem a 400 periodistas (I)

Por Colegio Dominicano de Periodistas
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Por Oscar López Reyes

Abrimos los ojos y miramos hacia los años y décadas pretéritas, y ya en las redacciones y en las arenas gremiales y académicas no vemos, aún desde los techos más encumbrados, a colegas de largavistas noticiosas, que han sido víctimas de la conjura del tiempo. Esos soldados de la pluma se marcharon hacia otra mansión, como un navío que a lo lejos se pierde en el transatlántico. Jamás volveremos a contemplarlos en la sobremesa, ni a escuchar sus silbatos.

Son cientos los reporteros, redactores, correctores, académicos y gremialistas que, pasando revista en ojeadas hacia atrás, han viajado sin maletas ni acompañamientos, como tórtolas, a bóvedas celestes donde, sin pompas ni pleitesías, observan los pasos de sus antiguos compañeros que – en el pabellón de la cuita o el palco de la placidez- aguardan el turno para transitar, inevitablemente, por la misma ruta.

Los folios de los cortejos sepulcrales no terminan, y conservamos más de 20 exaltaciones/encomios que nos ha tocado pronunciar en camposantos, y que ahora forman parte integral del excepcional libro “El panegírico. Género laudatorio fúnebre”, que circulará el próximo año junto a otros tantos, y que será un acto récord universal.

En el tinglado de las memorizaciones, vamos a citar a los que tuvimos la dicha de compartir espacios de trabajo, y otros con los que nos relacionamos. Realzan por sus atributos y desprendimientos, sus camaraderías, miradas, posturas en las maquinillas, sus léxicos, necedades y manías, como levantar un hombro cuando pensaba; arrugar la frente cuando agarraba las palabras claves, torcer la boca y parpadear en cada tirada de los dedos en los teclados. Y los recordamos por sus locuacidades o chácharas, lozanías, sus prisas, sus vestidos anticuados, autoalabanzas, sainetes, hombrías, sus quejas por los salarios mediocres y por sus afanes detrás de los “palos” noticiosos.

Hasta donde alcanzan las retentivas -en el rescate de anonimatos y de un trozo de la memoria histórica del periodismo- evoco a los del período 1976-2021, que han dejado de inspirar por desgastes físicos naturales, asesinatos o accidentes de tránsito. Y, en esos 45 años, yo sin desempleo ni un solo minuto retorno, ostentosamente, a un pasado cuasi legendario, en que nostálgicamente se acoplan un romanticismo rollizo y un presente envejeciente, ensortijado de curiosidades, en una curva prudente y discreta, con la esperanza de arribar, gallardamente, a la ancianidad.

En el rompeolas de las reminiscencias, encarnadas en un arcoíris de pasiones utópicas y prodigiosas, conmemoramos a los periodistas, fotógrafos, camarógrafos, locutores noticiosos, ejecutivos periodísticos y académicos finados que en sus tumbas debemos depositar flores, porque fueron forjas de la democracia y la libertad, en el vértigo de los conflictos y el ángulo de las denuncias más espectaculares. Junto a ellos, lingüísticamente trenzamos novedades y opiniones, guiados por el qué,  quién,  cuándo, dónde, cómo y el por qué…?

Despertar (1976-1977): Luis Taylor, Generoso Ledesma, Machi Constant, Eliseo de Peña Durán, Delanoy Martínez, Leopoldo Grullón, Salvador Uribe Montás, Minejo Blondet y Gregorio Urbáez Aquino. En los altos del edificio Prota, en el Conde, estaba la redacción de este semanario de orientación revolucionaria y denuncias contundentes contra el régimen de Balaguer. Yo escribía con el seudónimo de Olmo Féliz.

En esa otra estancia, sus cenizas óseas chasquean sin olvido ni secreto, porque en sus láminas empolvadas flotan banderas y entonan cánticos solemnes contra los halcones imperiales, para que los cielos de la República sean libres de tinieblas opresoras. Y hacen roncar crisoles humeantes, para ahuyentar la mansedumbre en las propiedades de la topografía humana.

El Sol (1977-1981): Radhamés Gómez Pepín, José Jiménez Belén, Pía Rodríguez, Elsa Expósito, Clara Leyla Alfonso, Aleyda Fernández, Tania Abréu (archivista), Fermín Arias Belliard, Víctor Manzueta, José Labourt, Leo Reyes, Danilo Rodríguez, Vinicio Valenzuela (fotógrafo), José Goudy Pratt, Víctor Víctor, Ramón Alberto Ferreras (El Chino) Narciso González (Narcisazo, desaparecido) y Carlos Luciano (desaparecido en el mar). Propietarios: José A. Brea Peña y Bienvenido Corominas Pepín.

Las añoranzas de los cronistas de este matutino, en la colina de los crepúsculos, ceremonia un crisol de enseñanzas perennes, en una temperada de terror cortesano. El calendario luce estancado en aquellos días de pausas silentes, y vivencias lozanas. La sonoridad de los teletipos se escabulle en mis oídos, gemela con los avances “Sol-Visión”, transmitidos por Radio Visión, cada hora por quien escribe, desde la redacción de El Sol, desde el lunes 10 de enero de 1977, nuestro debut formal en los medios de comunicación.

El Nuevo Diario: Alberto J. Villaverde y Santiago Hirujo, sacerdotes correctores de estilo, igual que la mexicana Doña Lola; Víctor Méndez, Pedro Caro, Daniel Beltré, José Oscar Fernández, César Sánchez (fotógrafo), y Lucas Vincent.

Esos rostros, que nos dijeron adiós a destiempo para ir a las delicias del paraíso, se estampan como paraguas en las bulliciosas salas noticiosas, que engarzan con cinturones infinitos en estanterías y canillitas. Sus buenos modales se han grabado en cristales rítmicos y armoniosos.

Palacio Nacional: Héctor Incháustegui Cabral, Nelson William Méndez, Franklin Domínguez, J. A. Bruno Pimentel, Ramón A. Reyes, Adriano Miguel Tejada, Josefa Batista Gómez, Danilo Polanco, Joaquín Suero, Rosario Olivo y Carlos Rodríguez (camarógrafo).

Los cuatro durmieron eternamente, después de su trajinar en la más alta torre del poder estatal, que en la cotidianidad gira impresionando la vista en alfombras, lámparas y monturas esculpidas de bronce y mármol, sin ritos ni abreviaturas. Yo junto a ellos recogimos informaciones en teoremas que fluctúan entre los estéticos salones de las cariátides, de embajadores y verde, llamativos por sus estilos góticos y neoclásicos.

Radio Popular: Ramón Font Bernard, Tomás Pujols Sanabia y Leonel Pérez Peña, así como los locutores noticiosos Pedro Pérez Vargas, Wilfredo Muñoz, Darío Aracena, Jorge Herrera, Reynaldo Balcácer, Fernando Valerio, Miguel Núñez y Rigoberto Féliz Nova. Propietario: Rafael Corporán de los Santos.

En los amaneceres rozagantes de las primaveras y los inviernos -pasando por los veranos y los otoños-, en los mediodías y en los anocheceres, las maquinillas acomodadas en cubículos resonaban a los campases de las voces informativas más renombradas. Y en las calles, plazoletas y rincones, las unidades móviles se abrían como altoparlantes para difundir al instante, en vivo, los aconteceres recién acaecidos. Las cicatrices se tallaban en los cielos pretéritos de las trincheras…

Diario Hoy: César Medina, Justo Castellanos Díaz, Augusto Obando, Altagracia Rodríguez, Eduardo Comarazamy, Agustín Martín, Leonel Concha, Max Reynoso,  Susana Morillo,  Mario Alvarez Dugan, Luis Rodríguez Palmero, Adriano Fajardo, José Antonio Cáceres, Manasés Sepúlveda y Segundo Vásquez.

Sus rostros se guardan perennemente en el bosque de nuestra memoria, como si fuera un pasado sin despedida. Y regresan a ella las mesas de madera y las sillas plegadizas envejecidas en la segunda planta de la avenida San Martín 236; el duro hablar por el hilo telefónico y las declaraciones de visitantes alborotaban en el talud afónico de sus mortificantes, en sus azares sofocantes.

Listín Diario: Rafael Herrera, Francisco Comarazamy, Milcíades Ubiera, Santiago Estrella Veloz, Marcio Veloz Maggiolo, Ernesto Puello Bello, Armando Almánzar Rodríguez, Antolín Montás, Félix Acosta Núñez, Guillermo Perallón, Billy Berroa, Emilio Nicolás -Cuqui- Córdoba, Julián Cabrera, José Miguel Féliz, Máximo Díaz, Aristófanes Urbáez, Rafael G. Santana, José Romero Rojas, Tulio Navarrete, Rafael Rodríguez Gómez y Octavio Mata Vargas. Presidentes:  Carlos Alberto Ricart Vidal, Rogelio Pellerano Romano (Tuturo) y Moisés A. Pellerano López Penha.

A su redacción del edificio de la calle Paseo de los Periodistas del Ensanche Miraflores acudía con frecuencia a llevar nuestros artículos de opinión, notas informativas, publicidad y esquelas. Los ojos contemplaron tres curiosidades: el túbano de Herrera, la pasividad de Comarazamy y la increíble habilidad de Tulio Navarrete para conseguir datos y escribir noticias de primera página con los detalles más simples.

El Caribe: Germán Emilio Ornes Coiscou, Jaime Lockward, María Ugarte, Emilio Mckinney, Argentina Alvarez, Manuel de Jesús Javier García, Iván Brea, Enfry Taveras, Evelin Germán,  Martha Sepúlveda, Leo Hernández, Víctor Mármol y Tony Pina.

La primera vez que oímos, estando en una sala de redacción, que había muerto un periodista fue la de Jaime Lockward, subdirector de El Caribe, en 1977. Y nunca vimos reírse a su director Ornes Coiscou, ni escuchamos hablar a Mckinney, porque se concentraba demasiado en la corrección de estilo, en las instalaciones de Los Prados.

El Nacional: Rafael Molina Morillo, Freddy Gatton Arce, Oscar Robles Toledano (P. R. Thompson (sacerdote), Frank Alba, Julio Montolío, Miguel Angel Velásquez-Mainardi, Juan José Ayuso, Freddy Antonio Cruz, Junio Lora Iglesias, Manuel José Torres, Arístides Reyes, José Ramón Cordero Regalado, José Miguel Montero y Nélsido Herasme.

Hasta el final de su vida, Molina Morillo fue vertical y ético, y Gatón Arce académico y poeta a tiempo completo. Originalmente, con ambos conversamos, en la ranura de la superficialidad, en la sede de este glorioso vespertino. Antes de ser periodista, subrayábamos los enjundiosos editoriales de este vespertino, sin saber sus autorías. Era P. R. Thompson, a quien vimos por primera vez en 1984, en su residencia de la avenida George Washington, acompañando periodísticamente al presidente Salvador Jorge Blanco.

La Noticia: Eurípides, Silvio y Emilio Herasme Peña, Marcelino Vega (asesinado), Pablo Jerez, Leandro Cepeda, Danilo Lluberes, Moisés Blanco Genao, Oscar Gil Díaz y Ninoska Manzueta.

La calle Julio Verne, en Gascue, se dio a conocer con el vespertino La Noticia, protagonista de una batalla campal para que se permitiera su salida a la palestra pública, cuando Balaguer. Los Herasme, sus mentores junto a Gómez Pepín, sentaron cátedras de valentía pétrea en el diarismo, y son modelos de entrega por la colegiación periodística.

RTVD o CERTV: Julio César Martínez, Victoriano Féliz, Hugo Mateo, Ramona Castillo Martínez (Ramonita Castillo, feminicidio), Ramón y Miguel Amparo, Vidal Disla, Miguel Angel Solís, Iván Ruiz y Pedro Naranjo.

Sin burbujas, las oraciones escritas y orales corrían, en el remanso de ese escenario histórico, entre filmes y noticias conservadoras. En el bamboleo del largometraje oficial, las entonaciones se deslizaban suavemente, sin velocidad inocua, por los cartílagos palaciegos. La prudencia se trepó en la pantalla televisiva, cortando las hebras impetuosas.

Televisión: Salvador Pittaluga Nivar, Rafael Bonilla Aybar, Pedro Alvaro Bobadilla, Bernardo Pratt Pierret (desaparecido en el mar), Joaquín Asención, Felicia González, Miguel Angeles, Danilo Dominguez, Santos Méndez y Henry Pimentel.

Radio: Nelson Sánchez, Pedro Ventura Santana, Luis Armando Asunción, Santiago Lamela Geler, Tomás Reyes Cerda, Claudio A. Ballista Chevalier, Domingo de León, Miguel Peguero, Jesús Galán, José Alejandro Alvarado, Raschid Zaiter, José Ramón Tejada, Sara Savarín, Ernesto Valette Pérez, Bueno Torres, Plinio B. Martínez, María de Lourdes y Luis Manuel Soto.

Académicos: Ramón Lugo Lovatón, Manuel A. Amiama, Carlos Esteban Deive, Carlos Curiel, Alberto Malagón, Raúl Pineda, Félix Frank Ayuso, Rafael Jiménez Pérez, José Andrés Quezada y Alvaro Lembert Vargas.

Fotoreporteros: Juan Pérez Terrero (fotógrafo de la Revolución de 1965), Rafael Bidó, Carmen Suárez, Tomás Paredes, Rafael Payano García, Jorge Yazmín y Eddy Ernesto Concepción.

Camarógrafos: Alex Villegas, José Rafael García (asesinado), Moisés de la Cruz, Radhamés Mateo Rodríguez, Eliseo Montero, Bolívar García, Héctor Francisco Morales (Puerto Plata), Santos Perdomo (Santiago), Antonio García Gómez, Daniel Alejandro Fernández (Santiago) y Arturo Liriano.

Acampana en las páginas anchas del periodismo Félix Servio y Juan Ducoudray, Marcio Mejía Ricart, Pablo Aguilera Brito,  Rafael Barón Reinoso, Roberto Burgos Estrella, Carmen Contreras, Ruth Delania Carvajal, Raffy Durán, Manuel Castro Calgagno, Zacarías Duarte Martínez, Rafaela Echavarría Figueroa, Guido García Suriel, Fabio Rafael González, José Antonio González,  Carlos Hernández, Juan Jerez Figueroa, Rafael Liz Reynoso, Rafael Manzueta Villalona, Manuel Medina Rodríguez, Helen Suriel  Pujols (feminicidio), Marcos A. Mercado, Gloria Nova, Esterbina A. Paulino, Antonio (Mon) Lluberes            Antonio Reyes Mejía, Leoncio Silverio Camacho, Alejandro Encarnación, Julio César Vásquez y Rafael Valoy González.

(Bienvenido Alvarez Vega, director de Hoy), con este artículo en dos entregas damos los primeros pasos trabajar en el libro sugerido por usted, hace dos años, sobre periodistas destacados de República Dominicana. Una parte ya está en la obra “Bio-bibliografía de la comunicación (inventario de investigaciones dominicanas 1888-2006)”, y la otra vendrá en por lo menos dos libros, así que imploremos porque nuestra salud siga cuasi perfecta, para cumplir esa misión).


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